📜 Origen y tradición

Consumida desde hace siglos en distintas culturas, en el Mediterráneo se popularizó por la abundancia de cítricos; en EE. UU. se convirtió en un símbolo de frescura y hospitalidad, famosa en los tradicionales stands de limonada.

💡 Propiedades y beneficios

• Rica en vitamina C, apoyo al sistema inmunitario.
• Hidratación natural en épocas de calor.
• El ácido cítrico favorece la digestión.
• Puede ser baja en calorías si se reduce el azúcar o se usa miel/estevia.

🥄 Receta básica (1 litro)

Ingredientes

• 4–5 limones grandes (≈ 180–200 ml de zumo)
• 1 litro de agua fría
• 4–5 cucharadas de azúcar (ajusta al gusto) o 50–70 g de miel
• Hielo al gusto
• Hojas de menta fresca (opcional)

Opcional (si prefieres sirope simple):

• 100 g de azúcar + 100 ml de agua (calentar y disolver, enfriar)

Elaboración

1. Exprimir los limones y colar el zumo para eliminar semillas y pulpa excesiva.
2. Disolver el azúcar en un poco de agua templada (o usar el sirope simple ya frío).
3. En una jarra, mezclar zumo + endulzante + agua fría. Ajustar dulzor/acidez.
4. Servir con hielo y decorar con rodajas de limón o menta.

• Tiempo: 10 min
• Dificultad: muy fácil
• Raciones: 4

✨ Variantes populares

• Limonada con hierbabuena: fresca, aromática (macera hojas con el sirope).
• Limonada rosa: añade un toque de frutos rojos triturados o unas gotas de granadina.
• Limonada con jengibre: infusión previa de jengibre en el sirope; aporta leve picor y notas cítricas.
• Con miel: alternativa natural al azúcar, sabor más redondo.
• Con agua con gas: versión sparkling para aperitivo.

🍹 Consejos de servicio

• Sirve a 8–10 °C; con mucho calor, añade hielo o piedras frías reutilizables.
• Para un acabado más limpio, utiliza sirope simple (evita granos sin disolver).
• En jarra de vidrio fría y vasos sin aroma (ojo con el lavavajillas perfumado).
• Si usas agua con gas, mezcla al final y sirve al momento para conservar la burbuja.

📷 Limonada casera